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Por qué muchos atletas rinden en el entrenamiento pero no en competencia

  • Foto del escritor: Yessika Orozco Pérez
    Yessika Orozco Pérez
  • 15 nov
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 días

La diferencia entre entrenar y competir

Por Yessika Orozco

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Entrenas como un campeón. Ejecutas cada movimiento con precisión milimétrica. Tu entrenador te mira y asiente, satisfecho. Tus compañeros te reconocen. En los entrenamientos, eres imparable.


Y entonces llega el día del partido. Las luces se encienden. La gente llena las gradas. Y de repente, ese cuerpo que conocías tan bien se convierte en un extraño. Las manos tiemblan. El tiempo de reacción se alenta. Los músculos se tensan. Y ese movimiento que has hecho diez mil veces... sale mal.


Miras a la banca. Tu entrenador tiene esa expresión de "¿qué te pasó?". Tus padres están confundidos. Y tú, más que nadie, te preguntas: "¿Qué pasó?"


Bienvenido al fenómeno más frustrante del deporte: rendir en la práctica pero fallar en la competencia. Y no, no es que seas débil. No es que te falte talento. Es que nadie te enseñó que tu cerebro interpreta el entrenamiento y la competencia como dos universos completamente distintos.


El dato que nadie quiere ver


Déjame ponerte un número que te va a sorprender: el 77% de los atletas experimentaron choking (asfixia bajo presión) en el último año de práctica de su deporte, con un promedio de 18 episodios por año.


Sí, leíste bien. Casi 8 de cada 10 atletas se asfixian bajo presión. Y no estamos hablando solo de principiantes. Estamos hablando de profesionales, de atletas con años de experiencia, de gente que debería "ya estar acostumbrada".


Mikaela Shiffrin. Antes de los Juegos Olímpicos de Beijing 2022, había ganado 73 carreras individuales en las Copas del Mundo. Y en las Olimpiadas, cuando más importaba, cuando todas las miradas estaban puestas en ella... no pudo terminar sus carreras. No fue una lesión. No fue falta de preparación. Fue presión.


Greg Norman. Entrando a la ronda final del Masters de 1996, lideraba por seis golpes a Nick Faldo. Solo necesitaba no desmoronarse. Pero se desmoronó. En seis hoyos, perdió seis golpes. Terminó perdiendo por cinco golpes.


¿Estos atletas de repente olvidaron cómo jugar? ¿Les faltó entrenamiento? No. Les faltó entender que la presión cambia el juego.


Tu cerebro bajo presión: el enemigo invisible


Aquí está lo que realmente pasa en tu cerebro cuando compites. En el entrenamiento, tu sistema nervioso está en modo "aprendizaje". Hay libertad para fallar. Hay espacio para experimentar. Tu cerebro sabe que un error hoy no tiene consecuencias catastróficas. Entonces, te deja fluir. Te deja ser automático. Te deja ejecutar sin pensar.


Pero en la competencia, cambia. Tu cerebro detecta amenazas por todos lados: la expectativa del entrenador, la mirada de tus padres, el marcador, el comentario que escuchaste ayer sobre que "seguro vas a perder", la posibilidad de decepcionar a tu equipo.


Un estudio de la Universidad de Arizona encontró que los jugadores de béisbol más experimentados eran más susceptibles a un bajo rendimiento cuando se les pedía que se concentraran en su técnica. ¿Por qué? Porque el exceso de atención consciente en movimientos automatizados los descompone.


Es como si de repente tuvieras que pensar conscientemente en cómo respirar. El resultado es caos.


Las dos mentiras que te cuentas (y que empeoran todo)


Mentira #1: "Solo necesito relajarme"

Si pudieras simplemente relajarte, ya lo habrías hecho. Esta es la versión deportiva de decirle a alguien con ansiedad "solo cálmate". No funciona. De hecho, decirte "relájate" cuando estás bajo presión solo aumenta tu autoconciencia y empeora el problema.

La solución no es eliminar la activación. Es aprender a canalizarla.


Mentira #2: "Si practico más, se me quitará"

Otro estudio encontró que los jugadores de baloncesto hacen tiros libres con un porcentaje significativamente más alto durante los entrenamientos que durante los partidos. ¿Cuántas veces crees que habían practicado esos tiros libres? Miles. Y aun así, bajo presión, fallaban.

El problema no es cuánto practicas. Es cómo practicas. Si siempre entrenas en un ambiente cómodo, sin presión, sin consecuencias, nunca vas a preparar tu cerebro para el caos de la competencia.


Lo que realmente está pasando: no es solo "nervios"


Cuando fallas bajo presión, no es porque seas débil mentalmente. Es porque tu cerebro está respondiendo exactamente como fue diseñado para responder ante una amenaza percibida. El problema es que esa respuesta, que es perfecta para huir de un depredador y terrible para ejecutar un tiro de tres puntos.


La ansiedad solo ocurre cuando hay un aumento de presión, y es esencial para las explicaciones existentes de choking. Pero aquí está la diferencia: no es la ansiedad en sí la que te hace fallar. Es lo que haces con esa ansiedad.


Hay dos teorías principales sobre por qué nos asfixiamos bajo presión:


Teoría 1: Distracción

Tu atención se fragmenta. En lugar de estar presente en el movimiento que necesitas hacer, tu mente está en todas partes: "¿Qué va a pensar el entrenador si fallo?" "¿Y si perdemos por mi culpa?" "Todo el mundo me está viendo." Tu cerebro crea una situación de doble tarea, intentando realizar el movimiento físico mientras procesa mil amenazas sociales imaginarias.


Teoría 2: Auto-monitoreo excesivo

Tu mente consciente intenta microcontrolar cada paso de un movimiento que debería ser automático. La teoría del monitoreo explícito sugiere que la presión aumenta la autoconciencia y la ansiedad sobre el desempeño, lo que incrementa la atención en los procesos de habilidad y su control paso a paso. Es como intentar caminar si tuvieras que pensar conscientemente en qué músculo mover primero.

En ambos casos, el resultado es el mismo: tu rendimiento se desploma.


Lo que SÍ funciona


Ahora, la parte que realmente importa: ¿qué puedes hacer al respecto?

Primero, déjame decirte lo que NO funciona:

  • Ignorar la presión y esperar que desaparezca sola.

  • Practicar más de lo mismo sin simular condiciones de competencia.

  • Decirte "solo relájate" o "solo disfruta".

  • Evitar situaciones de presión por miedo a fallar de nuevo.


Ahora, lo que funciona:


1. Entrena bajo presión

Si siempre entrenas en condiciones perfectas, tu cerebro nunca aprenderá a funcionar en el caos. El equipo alemán de fútbol practicaba tiros penales con distracciones: los jugadores gritaban a dónde iban a patear la pelota, el portero sabía exactamente hacia dónde iba, y un compañero saltaba detrás de la portería agitando las manos para distraer. ¿Por qué? Para que el cerebro dejara de interpretar la presión como una amenaza y la viera como algo normal.


Tu cerebro necesita experiencia emocional con la presión, no solo experiencia técnica.


2. Desarrolla rutinas precompetitivas inamovibles

Estudios han demostrado que técnicas como el entrenamiento de quiet eye (ojo tranquilo) o configurar una rutina previa al rendimiento consistente tienen éxito en prevenir el choking bajo presión. Una rutina precompetitiva te da algo concreto en qué enfocarte cuando tu mente quiere irse a mil lugares al mismo tiempo.


3. Cambia tu foco atencional

Recuerda esto: en el entrenamiento, tu atención está en el proceso (el movimiento). En la competencia, tu atención se va al resultado (ganar, impresionar, evitar el error).

La solución es redirigir intencionalmente tu atención hacia focos externos, esto permite que el cerebelo retome el control automático de movimientos que se han vuelto procedimentales.


4. Reinterpreta tu activación fisiológica

Tu corazón late rápido. Tus manos sudan. Tu respiración se acelera.

Tu cerebro dice: "Estás en peligro. Estás nervioso. Vas a fallar."

Cámbialo por: "Mi cuerpo me está preparando para rendir. Esta energía es exactamente lo que necesito para competir."

El entrenamiento de atribución ayuda a cambiar la percepción del atleta sobre el fracaso, puede elevar la confianza y ayudar a tener una actitud mental positiva.


5. Acepta que el error es parte del proceso

Los atletas que mejor rinden bajo presión no son los que nunca cometen errores. Son los que se recuperan rápido de ellos.

Cuando tengas un plan claro para los errores —respirar, resetear, siguiente jugada— tu mente volverá al presente con mayor facilidad. Sin plan, te quedas atrapado en el error pasado mientras el juego continúa sin ti.


Si solo entrenas físicamente y técnicamente, llegas a la competencia con herramientas incompletas. Es como entrenar para correr un maratón practicando solo en una caminadora con aire acondicionado, y luego sorprenderte cuando el día de la carrera hace calor, hay colinas, y tu cuerpo no responde igual.


Y sin embargo, la preparación mental sigue siendo vista como "opcional" en muchos entrenadores y equipos.


Tu rendimiento real vs. tu rendimiento bajo presión


La diferencia entre cómo entrenas y cómo compites no es un defecto. Es información.

Te está diciendo que tu preparación está incompleta. Que necesitas entrenar no solo tu cuerpo y tu técnica, sino también tu capacidad de regular tu sistema nervioso, dirigir tu atención y manejar tu diálogo interno bajo presión.


La buena noticia es que estas son habilidades entrenables. No es cuestión de "ser mentalmente fuerte" o "tener más carácter". Es cuestión de practicar las herramientas mentales con la misma dedicación que practicas tus habilidades físicas.


Mostrar tu verdadero nivel en competencia es posible. Pero requiere que dejes de fingir que el entrenamiento y la competencia son lo mismo. Requiere que aceptes que la presión es parte del deporte, no una distracción de él. Y requiere que entrenes tu mente con la misma seriedad con la que entrenas tu cuerpo.


Cuando finalmente lo hagas, el día importante dejará de sentirse como un abismo. Y empezará a sentirse como la oportunidad que siempre debió ser.


¿Reconoces estos patrones en tu rendimiento? Fallar bajo presión no es debilidad, es una señal de que es momento de entrenar diferente.



Referencias

  1. American Psychological Association. (2019). The road to resilience.

  2. Mesagno, C., & Beckmann, J. (2017). Choking under pressure: theoretical models and interventions. Current Opinion in Psychology, 16, 170-175.

  3. Cox, R. H. (2011). Psicología del deporte: Conceptos y aplicaciones. McGraw-Hill.

  4. Hill, D. M., Hanton, S., Matthews, N., & Fleming, S. (2010). A qualitative exploration of choking in elite golf. Journal of Clinical Sport Psychology, 4(3), 221-240.

  5. Gucciardi, D. F., Longbottom, J. L., Jackson, B., & Dimmock, J. A. (2010). Experienced golfers' perspectives on choking under pressure. Journal of Sport & Exercise Psychology, 32(1), 61-83.

  6. Beilock, S. L., & Carr, T. H. (2001). On the fragility of skilled performance: What governs choking under pressure? Journal of Experimental Psychology: General, 130, 701-725.

  7. Wang, J., Marchant, D., Morris, T., & Gibbs, P. (2004). Self-consciousness and trait anxiety as predictors of choking in sport. Journal of Science and Medicine in Sport, 7(2), 174-185.


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